Un viaje a través de la identidad personal
By: María Clara González M
19/08/2020
Generalmente, al hablar de identidad personal nos referimos a algo semejante a la autoimagen. Es el conjunto de características que definen a un individuo y le permiten reconocerse a sí mismo como un ente distinto y diferenciado de los demás.
No es exactamente un sinónimo de personalidad, ni de carácter, ni de rasgos personales, pero sí es un concepto que pareciera englobar todos estos aspectos, formando así la “esencia” de un individuo.
Sin embargo, desde ciertas perspectivas, como la filosófica, definir este concepto se torna bastante más complicado. ¿Cuál es su naturaleza? ¿Cómo la distinguimos de otros rasgos psicológicos, emocionales o intelectuales del ser humano? ¿Cómo es que puede ser la misma persona y a la vez cambiar en el tiempo? ¿En dónde termina la identidad y comienza el contexto?
Existen numerosos enfoques que buscan definir la identidad personal. Algunos de ellos son:
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El psicologista
Que asigna un rol importante a la memoria y a los procesos mentales dentro de la identidad
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El fisiológico-somático.
Que busca las respuestas en el propio cuerpo del ser humano
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El narrativo
Que plantea la identidad personal como un relato-de-uno-mismo que constantemente se está contando (y por ende modificando).
Por último, en ámbitos más prácticos, como el de la administración, se suele hablar de identidad personal como el conjunto de datos e información personal con los que podemos tener acceso a algún tipo de cuenta, aplicación o perfil de servicios. Es decir, se piensa la identidad personal a partir de la información que la representa. A esto se le conoce también como “huella digital”.
Características de la identidad personal
El concepto de identidad personal, comprendido desde distintos puntos de vista, suele tener una serie de características estables, como son:
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Constancia: La identidad es un conjunto de rasgos constantes, es decir, que pueden apreciarse de la misma manera a lo largo del tiempo, si bien es posible al mismo tiempo apreciar sus cambios a largo plazo.
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Coherencia: Cuando decimos que la identidad personal es coherente, queremos decir que podemos predecir algunos de sus rasgos, o sea, algunas de sus reacciones ante determinadas condiciones o estímulos.
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Adaptabilidad: Si bien la identidad personal es constante en un momento determinado, también es cambiante a lo largo del tiempo, a medida que la experiencia y la vida van suprimiendo ciertas conductas e implantando otras.
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Carácter socio-cultural: Carácter socio-cultural. Esto quiere decir que la identidad se da en contraposición a los demás, ya que está definida en base a las semejanzas o diferencias respecto de quienes comparten con nosotros una comunidad y una cultura.
¿Cómo se construye la identidad personal?
La construcción de la identidad personal es un proceso largo y complejo. Su inicio se remonta a la infancia del individuo y transcurre junto con su vida entera, a medida que su forma de ser se adapta a lo vivido e integra las distintas experiencias vividas, es decir, aprende.
En ella confluyen otras formas de identificación que se van formando en etapas distintas y sucesivas, como la identidad sexual, la identidad de género, la identidad social, etc.
Este proceso de construcción es paulatino. En él intervienen diverso rango de experiencias, especialmente aquellas vinculadas con lo erótico-afectivo, con la integración social, con lo cultural, con lo religioso, con lo político, así como con la autopercepción y la autoestima.
No existe un momento específico en el que la identidad se forme de manera concreta, si bien se estima que luego de la adolescencia tendría que empezar a asomarse una identidad personal más compleja, en comparación con la exhibida en la infancia.
Elementos de la identidad personal
La identidad personal está conformada por los siguientes elementos:
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Grupos de pertenencia.
Se trata de los grupos humanos a los que nos suscribimos, voluntaria o involuntariamente, y con los que compartimos una serie de valores, así como una historia en común. Pueden ser la familia, los amigos, los grupos religiosos, políticos, etc.
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Tradiciones y costumbres
Las culturas y los grupos humanos comparten prácticas sociales, rituales y políticas provenientes de un contexto histórico, conocimientos o fundamentos heredados, o acuerdos sociales más o menos explícitos. Todo ello forma parte del bagaje que determina socialmente la identidad personal, ya sea por ir a su favor o en su contra.
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Experiencia
La experiencia es el factor fundamental de construcción de la identidad, dado que resume la historia personal, con todos los eventos trascendentes que pueden resultar determinantes en la personalidad, la ideología o la conducta. Dicho de otro modo, la experiencia es el relato singular e individual de cada quién.
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Orientación política
Más allá del posicionamiento político/partidario, en la formación identitaria intervienen elementos políticos como la presencia de las instituciones, la militancia política,etc.
Identidad personal e identidad social
Si bien la identidad social se halla contenida en la identidad personal, no se trata de conceptos que sean iguales. La diferencia entre ellos se encuentra en que la identidad social vincula al individuo con la colectividad de la cual forma parte, mientras que la identidad personal lo singulariza como un individuo único.
Esa diferencia es importante, ya que la identidad social juega un rol central en la constitución de la identidad personal, ya sea heredándole valores al individuo o bien sirviendo como un sistema contra el cual rebelarse o ante el cual oponerse.
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